jueves, 26 de abril de 2007

Contando cuentos

Alguna que otra vez me ha dado por escribir. Encender el ordenador, abrir el Word y enfrentarme a ese pequeño cursor parpadeante. Este es uno de los resultados:

-¡Hola Ángela! ¿qué, de vuelta?
-Si, ya ves, me toca trabajar esta noche.
-¿Vienes a verme a mi?- preguntó con tono irónico.
-Pues… Juan……si, la verdad es que si.

Silencio, de esos silencios molestos, vergonzantes. Juan no esperaba escuchar así, de repente lo que tanto había temido desde que empezó todo, desde que la oscuridad avanzaba poco a poco y el la veía pero procuraba ignorarla.

-Vaya…-dijo incorporándose un poco- pensé que…bueno, quizás hubiera alguna posibilidad.
-No, lo siento –Ángela contestó intentando ser tranquilizadora. Juan era su amigo desde hacía no mucho, pero le había cautivado su conversación- Sabes además que nunca hay error.
-Ya, ya... dijo Juan, pero me quedan aún varias cosas que…-y se quedó pensativo, se dijo que si hasta ahora no había querido ocuparse, hacerlo ahora sería egoísta por su parte-. Bueno, es igual ya pocas cosas me importan.
-No hay prisa Juan, además, he tenido buenas charlas contigo estos últimos días y me caes bien, no eres como la mayoría, un guiñapo aterrorizado. Supongo que un rato más no importa, ¿Necesitas un rato más?

Juan se encontró meditando sobre el tiempo, curioso tema se dijo. Algo en lo que rara vez se piensa, excepto cuando no se tiene. Algo que no se ve hasta que se mira. Que concepto más extraño, abstracto, pero nunca banal a pesar de todo, y rara vez se tiene presente. Se desperdicia constantemente. Siempre sometidos a él.

-Bueno –contestó- no se…. ¿para qué? Al final me he de ir quiera o no
-Ánimo Juan -le dijo Ángela suavemente- todo es mucho más sencillo de lo que te hayas podido imaginar.
Y sonriéndole dulcemente, unieron sus miradas al fin, cosa que Ángela le tenía estrictamente prohibido desde que se conocieron. Meses de lucha en coma y un cuerpo roto pudieron con él. En la habitación una alarma ya más molesta que útil rompió el silencio y la quietud.

Mientras, el sol avanzaba, la gente iba y venía, el mar se sometía a las mareas, los niños jugaban ruidosamente……No, nada se había detenido, ningún “aviso” mundial se había producido.

Juan H. M., paciente 505211/372. Causa de la muerte: Fallo generalizado multiorgánico. Hora: 05:32. Familiares conocidos: Manuel H.S. (padre) Dirección y forma de contacto desconocidas. Nunca visitó al hijo.

CAMA LIBRE.

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